Este año elijo ser mi prioridad
“Cuando empecé a quererme, me liberé de todo lo que no era bueno para mi salud, comida, personas, cosas, situaciones y todo lo que me empujaba hacia abajo y me alejaba de mi mismo, al principio le llamaba egoísmo, hoy sé que es AMOR A UNO MISMO”.
-Charles Chaplin.
Todos deseamos ser felices, sin embargo no sabemos porqué no lo hemos logrado todavía, y es que en algún punto del camino hacia la adultez dejamos de lado esas hermosas habilidades que tenemos de niños: ser leales a nosotros mismos, escucharnos, decir lo que pensamos, pedir lo que queremos, llorar si estamos tristes, preguntar si tenemos duda, decir no sin remordimiento.
Vamos encontrando la infelicidad en los momentos en que por tratar de agarrarla (¿qué ironía no?) comenzamos a actuar según lo que pensamos que alguien más desea, es entonces cuando dejamos de ser los protagonistas de nuestra propia historia y nos sentamos tras bambalinas, como directores de nuestros propios actores y actrices, y no somos los mejores hijos que realmente somos, sino el mejor hijo que mi mamá y mi papá quisieran que fuera, y no somos la mejor pareja que realmente soy, sino la mejor pareja que mi pareja quisiera que fuera y así en todos los ámbitos de nuestra vida, aunque eso implique que tengamos que decir que si a cosas que no queremos, que tengamos que dejar de hacer cosas que nos gustan o que tengamos que esperar o soportar situaciones que no nos parecen por ejemplo.
El arte de ser feliz empieza con una sencilla elección: ELEGIRSE A UNO MISMO, CREER EN TI.
Esta elección supone que entonces en ocasiones (si es que no se puede siempre) tengamos que priorizarnos y darnos cuenta de que necesitamos ponernos delante de algunas cosas y de algunas situaciones. Y quizá te encuentres pensando en este momento ¿Pero que me dices? ¿Quieres entonces que sea egoísta, radical, y desconsiderado? La respuesta es un rotundo mas o menos, a veces más y a veces menos, porque dime entonces, ¿estarías siendo desconsiderado si en lugar de considerar lo que otro quiere, consideras lo que tu quieres? quizá lo serías con el otro, pero estarias siendo considerado contigo mismo, o ¿crees que es egoista darnos lo que necesitamos aunque para eso tengamos que quitarle al otro un poco de lo que ibamos a darle? pongamos un ejemplo claro: Nos encontramos en el trabajo y nuestro compañero nos pide que trabajemos horas extra para que pueda salir él temprano, en nuestra mente decimos - ¡no por favor! ya estoy cansado, tengo hambre e iba a ir al cine por la tarde, pero no puedo ser así de desconsiderado y mal amigo, voy a ayudarle,hoy por él, mañana por mi- entonces tu amigo sale temprano y si te das cuenta, fuiste de todas formas, desconsiderado y mal amigo, pero de ti mismo. ¿Qué hubiera pasado si hubieses dicho que no? habrias salido a tu hora, habrias comido y asistido al cine, tu amigo habría trabajado las horas que le correspondían y quizá se hubiera visto en la necesidad de modificar un poco su plan para lograr organizar sus tiempos. ¿habrias realmente sido desconsiderado con tu amigo? No lo creo.
Resulta entonces que necesitas saber ser "desconsiderado" con los otros para poder ser considerado contigo mismo, porque mientras más considerado eres para afuera, con los demás, más desconsiderado eres contigo mismo, y viceversa. La clave de esto es el equilibrio, saber usar nuestras herramientas tanto para los otros como para mi, en el momento adecuado, en la cantidad adecuada.
Uno debe estar bien por encima de todo con uno mismo, con base en eso podemos entonces elegir genuinamente darle a los demás, ayudarlos, compartirles, ser flexibles, pero por que así lo decidimos, no por que asi tenga que ser, o porque si no perderíamos tal cosa o persona. Debemos percibir que cada cosa que hagamos no nos aleje de nuestros valores, deseos, de nuestra integridad, de nuestras expectativas, de nuestra identidad.
Pasa tiempo a solas.
Aprende a escucharte.
Descubre lo que quieres.
No tengas miedo de decidir con base en lo que quieres.
Di si tanto como dices no.
Di no tanto como dices si.
Date a ti mismo lo que le das a los demás (date oportunidades, perdónate cuando te equivocas, date permiso, sé flexible, espérate, respétate, se abierto, aliéntate, apóyate).
Vive basado en tus reglas, reglas basadas en tu identidad.
Y contagia de ti a todos y todo lo que te rodea.
Sólo entonces dejarás de esperar los momentos buenos para ser feliz, serás feliz y los momentos buenos llegarán solos.
Por eso todos dicen que la felicidad, viene de dentro, para mi, ser feliz, es darnos permiso de ser nosotros mismos.
¿Cuándo empiezas?
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