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Ana Quiroga Psicomotricista

La importancia de la psicomotricidad


La Psicomotricidad como disciplina se ocupa del cuerpo, en tanto, articulación entre aspectos psíquicos y motrices de la producción del sujeto; puede aportar el campo de la educación inicial y maternal, una mirada que integra cuestiones acerca del conocimiento del cuerpo, su desempeño e implicancia en la situación de enseñanza-aprendizaje.

Es fundamental brindar un espacio donde puedan vivenciar diferentes experiencias que impliquen las áreas de desarrollo (motor, cognitivo, lenguaje, socio-afectivo), es decir, su desarrollo integral. Ya que es través del movimiento y de las diversas formas de desplazamiento que los niños aprenderán a situarse en el espacio y serán capaces de percibir la noción de tiempo. Por medio del conocimiento y del dominio corporal tomaran conciencia de las partes de su propio cuerpo, adquirirán una mayor coordinación motriz, ajustaran sus movimientos y gestos, alcanzaran una mayor discriminación perceptiva. Por otro lado, podrán lograr mediante el contacto y la experimentación con los objetos un conocimiento de los mismos y de sus propiedades, lo que les permitirá al mismo tiempo establecer relaciones con ellos.

Es así que la psicomotricidad es la relación de uno mismo con su propio cuerpo, el espacio donde continuamente interacciona y el tiempo que en ello se utiliza. De ahí la importancia de que los niños tengan un conocimiento integral y objetivo de sus posibilidades de acción y su propio cuerpo, de organizar temporalmente sus actos, de secuenciar sus acciones en el espacio en el que se desenvuelve, lo que permitirá que alcancen un óptimo desarrollo de sus capacidades como la representación, simbolización, estructuración y abstracción mental.

La función más importante es hacer felices a los niños ya que no existe nada más esencial que la sonrisa de ellos. Siendo un espacio creado para favorecer y facilitar el juego, proporcionar aprendizajes, adquisición de conocimiento, desarrollo de habilidades, de forma natural y agradable, porque en este espacio la construcción del conocimiento, es diseñado, imaginado, soñado, para que los niños, puedan vivir plenamente con toda su curiosidad y entusiasmo. Como también es creado para dar respuesta a las necesidades educativas de la primera infancia, en la que se integran estrategias pedagógicas, lúdicas, psicológicas y psicomotrices.

El aporte de la actividad psicomotriz, de la vivencia corporal en relación con el objeto y con el otro, es fundamental e irremplazable en los primeros años de vida. Siendo el principal objetivo, desarrollar al máximo sus capacidades cognitivas, físicas, emocionales y sociales, por lo cual se pretende trabajar a partir del cuerpo del niño, generando situaciones lúdicas creativas, expresivas, espontáneas, dándole importancia a la relación vincular. A través de un espacio de simbolización relacionada con el placer del movimiento y la fluidez de las emociones; y de representación, lugar de la actividad cognitiva y/o de la expresividad plástica, grafica o lingüística.

Por otro lado, parece apropiado brindar un Espacio Multisensorial desarrollado para estimular los sentidos del tacto, el oído, el gusto, el olfato y la vista, con el objetivo de propiciar un lugar a través del cual el niño pueda establecer comunicación verbal o no verbal con dicho entorno, por medio de texturas, luces, sonidos, música, aromaterapia y otros objetos que en conjunto facilitan la plasticidad cerebral, es decir, desarrollo y armonía entre cuerpo y mente, desarrolla los procesos básicos relacionadas con la atención y concentración se refuerzan los procesos perceptivos y cognitivos.

Importancia de la psicomotricidad

  • Beneficia a la adquisición del esquema corporal, permite que el niño tome conciencia y percepción de su propio cuerpo.

  • Ayuda el control del cuerpo, aprendiendo a dominar y adaptar su movimiento corporal.

  • Sirve como un canalizador, ya que el niño puede descargar su impulsividad. Esta descarga será precisa para su equilibrio afectivo.

  • Favorece a afirmar su lateralidad, control postural, equilibrio, coordinación, ubicación en tiempo y espacio.

  • Refuerza nociones básicas de color, tamaño, forma y cantidad a través de la experiencia directa con los elementos del entorno.

  • Se integra a nivel social con sus compañeros, propicia el juego grupal.

  • Estimula la percepción y discriminación de las cualidades de los objetos así como la exploración de los diferentes usos que se les puede dar.

  • Desarrolla hábitos que facilitan el aprendizaje, mejora la memoria, la atención y concentración, así como la creatividad del niño.

  • Incorpora nociones espaciales como arriba-abajo, a un lado-al otro lado, delante-detrás, cerca-lejos y otros más, a partir de su propio cuerpo.

  • Ayuda a enfrentar ciertos temores, el niño fortalece no solo su cuerpo sino también su personalidad superando así ciertos miedos que antes lo acompañaban.

  • Reafirma su autoconcepto y autoestima, al sentirse más seguro emocionalmente, como consecuencia de conocer sus propios límites y capacidades.

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