La eyaculación precoz es una disfunción sexual que se presenta con una prevalencia de entre 20-30 % de los hombres, la cual puede generar ansiedad, angustia y vergüenza, tanto en el paciente como en su pareja.
Hablamos de eyaculación precoz cuando, esta se presenta sin control, de manera prematura, a la exposición a cualquier estimulación sexual (aunque sea mínima); lo cual limita la satisfacción sexual ya sea para el paciente y/o pareja.
Esta disfunción puede acarrear otro tipo de problemas dentro de la pareja ya que, por falta de información, prejuicios e ideas arraigadas y machistas, se pueden generar “historias” sobre su origen y desde la perspectiva de cada uno de los integrantes de la pareja.
Algunas ideas que se pueden generar en torno a ella son:
Hombres: Que no soy suficiente hombre Que no satisfago a mi pareja No estoy cumpliendo con mi deber
Mujeres:
Ya no me quiere Ya no me desea Seguramente tiene a una amante Pensar que me está rechazando Sin embargo las causas de la eyaculación precoz pueden ser:
De origen orgánico: puede ser provocada por lesiones en la uretra o en la próstata, además de algún problema neurológico relacionado con las vías nerviosas que regulan el reflejo eyaculatorio.
De origen Psicológico: algunas cuasas pueden ser la inseguridad, la ansiedad, el temor al fracaso, la depresión, el estrés, problemas en la pareja, las expectativas sobre el “amante perfecto”.
De origen educacional: todos tenemos un aprendizaje sexual, no importa si fue de nuestros propios padres o personas de nuestro entorno y podemos encontrar como factores a la masturbación, relaciones rápidas, fuertes ideas y creencias que generan culpa al explorar la sexualidad ( masturbación, las relaciones sexuales como algo sucio), y es sobre todo, en la adolescencia que es cuando por “miedo” o “prisas” se actúa con prisa para evitar ser “agarrados in fraganti”.
La eyaculación precoz la podemos clasificamos en: Primaria: se presenta desde las primeras experiencias sexuales Secundaria: la cual está relacionada con la disfunción eréctil, prevalece a lo largo de la vida. Es de suma importancia que el paciente comparta la información proporcionada por el especialista, con su pareja e inclusive que pueda ser partícipe de la visita al médico para que pueda generar empatía y apoyar al paciente de la manera más adecuada. El tratamiento es muy sencillo, sin embargo de acuerdo a las consideraciones del médico se hará uso de fármacos y/o terapia sexológica que le permita al paciente recuperar el control de su eyaculación, su vida sexual y su placer.