Recuerdo con gusto que en muchas de las primeras entrevistas con los pacientes que solicitan terapia de pareja, trato de conocerlos poco a cada uno de ellos, saber a qué se dedican, cuantas horas trabajan, si tienen alguna enfermedad o deuda que les preocupe, si tienen hijos, si hay alguna preocupación por ellos, etc, es el inicio de una nueva historia o un capitulo que acaba de iniciaren sus vidas.
Después de obtener un poco de información tanto individual, de pareja y familiar. Continuó con la pregunta; cuál es motivo de sus visita, en muchas ocasiones se miran uno al otro y deciden quién va a decir las palabras más dolorosas que pueden estar viviendo en ese momento “es que él o ella me fue infiel”. Inmediatamente se pueden percibir las emociones en cada uno de ellos; llanto, tristeza, nostalgia, pena, incomodidad, duelo, coraje, dolor, angustia, incertidumbre, pero de igual manera se perciben esperanza, ilusión, ganas de cambio.
Es cuando en mí me cuestiono; ¿la infidelidad es un motivo de separación o una gran oportunidad de conocerse y trabajar juntos para que esta situación los fortalezca en la nueva etapa de su relación?
Iniciemos con la persona que ha cometido la infidelidad o también dicho el problema, la falta, el pecado, el error, el desliz, resbalón, la traición, porque existen tantas formas de nombrar a esta conducta, que trae de fondo algunas veces culpa, pena, arrepentimiento, desconcierto y desilusión hacia ellos mismos.
Platicando con todos y cada uno de los que han sido infieles hemos encontramos confusión entre lo - que sienten y piensan- algunas frases que he escuchado son: me sentía solo (a), estaba yo muy tomado (a), solo es una aventura, no es algo serio, es alguien especial, no me interesa amorosamente esa persona, no es la primera vez que lo hago, es que ya no siento lo mismo, ella o él está metido (a) en otras cosas, dejamos de tener relaciones sexuales, tengo dudas de continuar con ella o él, la verdad ya me quiero separar, no soporto esta situación, entre muchas más. Cuando menos me doy cuenta esta persona tiene una verdadera confusión emocional.
Pero esta condición la que les da una gran oportunidad de conocer y reconocer sus emociones y tomarse de ellas para elegir un nuevo camino o darle un nuevo rumbo a su situación amorosa para definir si quisiera seguir o no con su actual pareja. Tener constantemente la pregunta en su mente ¿por qué lo hice? lo compromete con ellos mismo para definir el rumbo de su vida amorosa.
Ahora pasemos con la contraparte de la esta historia a la persona que se le fue infiel, ella o él está lleno (a) de preguntas, miles de ellas hacia él o ella mismo (a), ¿Cuándo?, ¿Por qué?, ¿cómo?, ¿por qué lo hizo? ¿Tuve algo que ver yo? ¿Cómo no me di cuenta yo antes?, acompañadas de una gran ira y ganas de cobrar gota a gota el dolor que le ha generado. Pero siempre aparece una gran culpa que la hace sentir por momentos culpable, ellas o ellos tienen en sus manos una gran oportunidad de conocerse y explotar estos sentimientos para crecer y fortalecerse.
Por lo que yo he vivido con todas las parejas que me han dejado acompañarlos en estos proceso, nos queda claro que es están en punto totalmente igualitario el uno como el otro, no se trata de ganar o perder, no se trata de alarga y enredar más esta situación, sino de trata de trabajar de manera individual principalmente, definiendo emociones, expectativas personales y de pareja, calidad de relación, amor propio, en general trabajar los propios mundos y nuevas oportunidades.
Concluyendo que esto no tiene que ver nada con la condición que sea con la actual pareja u otra, las condiciones son exactamente las mismas. El hecho de proyectar que se merecen la mejor pareja y por lo tanto la mejor vida amorosa.
Esto te dará la guía perfecta para poder definir si es necesario finalizar esta relación y darse la oportunidad a iniciar otra en la cual aplicaras lo aprendido para no repetir la misma historia.