Ser adulto es demandante. Somos jefes, empleados, esposos, esposas, mamá, papá, máquinas de hacer dinero para pagar las cuentas ¿y a qué hora somos nosotros? ¿a qué hora nos dedicamos tiempo? Evidentemente entre este ajetreo nuestros hijos se ven afectados y nos perciben siempre cansados ¿cómo solucionarlo? Me encantaría dar una receta mágica pero cada quién tiene un contexto diferente sin embargo podemos simplemente hacer contacto con nuestro niño interior ¿te imaginas cómo sería estar en la playa enseñandole a tu hijo a qué jugabas de niño? A veces se nos olvida que el tiempo pasa volando y no serán niños por mucho tiempo y solo le quedarán recuerdos de esa etapa. Que maravilloso sería que cuando recuerden su infancia piensen que a pesar de estar cansados, estuvimos ahí para ellos. ¿Y tú cómo quieres que recuerden su infancia tus hijos? Psic. Alexandra Terapeuta infantil