En terapia de juego los niños no solo aprenden dónde poner su enojo en casa, a seguir reglas, trabajar cuestiones emocionales, entre muchas otras cuestiones también se les da el mensaje que está bien recibir ayuda. Alguien le puede enseñar a interactuar mejor con otros, mientras juega alguien le enseña cómo expresar de manera más adecuada sus sentimientos.
Los padres también reciben el mensaje porque no tienen que saber todo, no tienen que poder con todo lo que pase con sus hijos pero sí tienen la opción de pedir ayuda, sí pueden aprender nuevas estrategias en función de mejorar la convivencia.
Todos necesitamos ayuda, ni tenemos que poder con todo. Gracias a los padres que me brindan la oportunidad de guiarles en el camino.
Psic. Alexandra González Peniche