Discapacidad Auditiva
Es la dificultad o imposibilidad de utilizar el sentido del oído.
Hipoacusia:
Pérdida auditiva de leve a moderada. Resulta funcional para la vida diaria; siendo necesario el uso de auxiliares auditivos, entre otros elementos para optimizar los restos auditivos.
Los auxiliares amplifican los sonidos ayudando a la persona, pero en muchos casos no es suficiente.
Sordera:
Pérdida auditiva de severa a profunda, donde la audición no es funcional para la vida diari
a aun con auxiliares auditivos; la adquisición del lenguaje oral no se da de manera natural.
La Lengua de Señas es la lengua natural de las personas con esta condición.
Sugerencias para comunicarse con una persona hipoacúsica:
Cuando le hable, hágalo de frente, tratando de que vea su cara, sus labios y gestos.
No le hable cuando en el ambiente haya ruidos que puedan interferir con la comprensión de lo que se dice.
Hable despacio, claro y no tenga la boca ocupada mientras lo hace.
No pronunciar las frases con intensidad cambiante, debe tener la misma entonación, desde el principio hasta el final. No le eleve la voz, es posible que escuche distorsionado.
No cambie de temas demasiado rápido, permítale habituarse.
Tenga presente que escuchará mejor una conversación de dos que si está en un grupo de personas.
Sea paciente y esté atento a cualquier otra necesidad que pudiera manifestarle.
Para llamar su atención, tocarle suavemente el hombro.
Si está lejos: podemos mover nuestro brazo o nuestra mano agitándolos en el
aire.
Si está en espacios cerrados, podemos utilizar las técnicas arriba mencionadas, encender y apagar las luces o golpear con nuestro pie
en el suelo (si es de tarima) para que perciba la vibración.
Las personas sordas son mucho más expresivos en sus gestos faciales y corporales y no debemos malinterpretarlos.
Nuestras miradas deben coincidir con la suya y nuestra expresión facial debe invitar a la persona a participar y, a la vez, mantener su interés en la interacción.
¿Sabías qué...?
Su desarrollo cognitivo se ve disminuido debido a la escasa información que recibe.
Experimentan dificultades para trabajar aspectos abstractos, tienen un pensamiento más concreto vinculado a lo que directamente pueden percibir.
La ausencia de un código de comunicación adecuado y disponible desde los primeros años dificulta su regulación externa e interna de la conducta