Es cierto que en ocasiones los niños adquieren conductas distintas o poco apropiadas ¿Cuál es la causa?
Una de ellas puede ser que se esté generado dentro del núcleo familiar, es decir; que el niño esté viviendo en casa situaciones que reproduce en otros lugares o que lo llevan a expresarse de determinada manera.
La conducta y la expresión de emociones se aprende a manejar en el hogar, los papás principalmente y las personas cercanas, son los modelos que los pequeños siguen. Observa a tu hijo, sus expresiones, movimientos, acciones; quizá en esto verás lo mucho que se parece a ti; en su forma de resolver sus dificultades, de relacionarse, de hablar, etc.
Es vital que lo que pase en casa sea benéfico para tus hijos, porque sí, los niños desean ser como papá y mamá. Sin duda, ser padre es todo un desafío, pues aunque no te des cuenta, ellos siempre están al tanto e imitando lo que haces, incluso aunque no lo expreses verbalmente, los gestos y acciones también comunican y les generan impacto.
Entonces cómo podemos favorecer su desarrollo en casa:
Comunícate con ellos, invítalos a que externen cómo se sienten, a identificar emociones y a que las den a conocer adecuadamente.
Promueve la confianza y los valores, viviéndolos día a día, es decir; que ellos lo observen en tí, no basta con decirlo, hay que mostrarles cómo se hace.
Promueve un estilo de vida sano, en todo sentido y sobre todo en la forma en que te relacionas y comunicas con los demás.
Establece límites claros, coherentes y con amor, les llevará a autorregularse.
Potencia la autoconciencia y empatía, a través del análisis y reflexión, esto ayudará a que ellos se den cuenta del impacto que tiene su conducta y que a veces será necesario un cambio para mejorar.
Determina responsabilidades, les enseñará a que en la vida hay consecuencias ante sus acciones, tanto positivas como negativas.
Realmente es cierta esa frase que solemos escuchar “Los hijos son el reflejo de los padres”, basta con que te mires y lo veas a él o a ellos también.