¿Proyectas tus planes en función de los tiempos y disposición de tu pareja?
Cuando discutes con él o con ella, ¿sientes que tienes un mal día?
¿Tienes una necesidad incesante de cuidarla o cuidarlo?
¿Consideras que sin ti, él o ella sufrirían demasiado?
¿Te has alejado de amistades, por darle prioridad a tu pareja?
Si alguna de tus respuestas fue SI, ¡Cuidado! Estas en riesgo de codependencia.
La codependencia es un término psicológico que hace referencia a la preocupación desmedida hacia otros individuos, el individuo codependiente crea la falsa idea de ser necesario como salvador o elemento indispensable en la vida de la otra persona, lo cual resulta una fantasía, bajo el entendido de que son seres independientes, adultos y funcionales.
La codependencia puede surgir como una proyección de un cuidado deseado y no recibido, o como proyección de miedos personales que se tratan de evitar en la persona amada, también puede ser una conducta proflectiva (Hacer a la otra persona lo que deseo que me hagan), o incluso puede ser parte de un sentido existencial, un rol aprendido en la infancia que le da significado , que le permite a la persona sentir que existe; niños o niñas que enfrentaron la responsabilidad de sus hermanxs a temprana edad, o que tuvieron incluso que ser cuidadores de sus padres, pueden asumir la encomienda de existir a través del cuidado de las demás personas, esto significa que en el momento en el que ese ser en el que proyectamos o proflectamos nuestros deseos existenciales se va, o amenaza con irse, el codependiente vive una soledad o un vacío elevado a la novena potencia, se agudiza la experiencia dolorosa y resulta más viable en ocasiones fomentar la dependencia que enfrentar la soledad. Seguramente has conocido múltiples historias con estas características, existe una película en la plataforma Netflix que se llama “Corre”, en donde se desarrolla una historia de codependencia entre una madre y una hija.
El codependiente requiere comprender y darse cuenta de que incluso entre las plantas y árboles se requiere distancia para crecer, cuando la distancia no existe, las plantas mueren, juntas, pero mueren, y consideremos que los tiempos del amor trágico afortunadamente se están terminando junto con la telenovela mexicana que tanto daño le hizo a nuestras mentes. La distancia es uno de los pasos más difíciles en las relaciones codependientes, pero esta distancia le dará la oportunidad al dependiente de crecer y a la persona codependiente de enfrentarse a sus miedos y vacíos. En esta etapa ambas personas son bienvenidas a terapia psicológica para evitar volver a repetir el ciclo dependiente, el mejor momento de intervención en las relaciones codependientes es durante la crisis, durante la búsqueda incontrolable de la otra persona, cuando la necesidad de reconciliación aparece, esa reconciliación que se hace más por adicción que por amor.
Tú decides, poder ver la luz al final del túnel, o ver un momento de iluminación artificial para volver a entrar al mismo túnel.
“Si eres feliz a expensas de la felicidad de otro, estás atado para siempre” (Budha).
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