Desde que tu hijo o hija nace … es casi imposible que no comience a surgir un vínculo, o sea una conexión o un cordón (subjetivo), que los une desde el amor y les permite percibir como se siente el otro de una u otra manera, saber cuándo se necesitan, los hace sentir seguros y protegidos hace sentir a cada uno que esta el otro para ustedes. Sin embargo, no siempre se fortalece no siempre es lo suficiente fuerte.
Cuando este vinculo logra hacerse lo suficientemente fuerte se habla de un apego, es constante único y está en todas las casas que comparten cotidianamente, que hacen un referente de seguridad y protección ante cualquier peligro imaginario o real.
El apego, puede ser seguro o no, cuando tu niña o niño sabe que jamás lo vas a abandonar y que jamás lo dejarás de querer, cuando está seguro que siempre lo vas a apoyar, cuando está seguro de que pase lo que pase lo vas a cuidar cuando está totalmente seguro que siempre lo vas a amar porque serás su papá o mamá para toda la vida, entonces, estamos hablando de apego seguro.
Tu puedes darte cuenta de si realmente has logrado formar un apego seguro con tu hijo, hija cuando se esfuerza por estar cerca de ti busca: abrazarte, besarte, tomarte de las manos que lo cargues, lo arrulles, quiere que juegues con ella o él, busca tenerte a la vista, aunque sea solo para sonreírte. Cuando está contigo, se atreve a hacer cosas que le dan miedo,a hacer cosas nuevas, a investigar, explorar, correr y se siente seguro. Cuando te vas, te extraña y se siente ansioso por tu partida. Cuando te dice te extrañé y corre a recibirte a tu regreso.
SI aún no logras formar este apego seguro, juega con el o ella, participa en sus actividades, escucha y platica sobre tus recuerdos de la infancia, sobre tus intereses y comparte lo que te gusta hacer, abraza, besa y mima, pero también, se firme con las reglas y siempre se la primera persona en respetarlas. Cuando necesite algo acompáñale, ayude a que resuelva sus problemas por sí, nada más con tus indicaciones y por muy simples e insignificantes que parezcan sus regalos o historias, problemas o avances siempre dales un lugar en tu agenda, pero sobre todo, en tu vida.
Si te das cuenta de que no viviste un apego seguro o tienes dificultades para formarlo con tus hijos también puedes recurrir a la terapia filial donde ambos encentran ayuda para comienza a construir esta forma tan especial de relacionarse.
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