Aunque sea un poco difícil de creer el huevo es uno de los alimentos que la mayoría de la población considera como “malo”, esto debido a la fama que lo rodea por su contenido de colesterol. Es muy común escuchar que cuando una persona se realiza laboratorios para conocer sus niveles de colesterol y estos resultados son elevados piden retirar en su alimentación el huevo, sin conocer en realidad el valor nutritivo de este alimento y sin evaluar el verdadero motivo de la elevación de estos valores, simplemente se sataniza.
Actualmente su ingreso como ingrediente importante en la alimentación radica en sus aportes nutricionales especialmente en aminoácidos esenciales, entre otros que son de fácil absorción para el cuerpo.
El huevo cuenta con un buen equilibrio en el aporte de proteínas, grasas y otros micronutrientes; su proteína es considerada de alto valor biológico, en la clara del huevo es en donde se encuentran la mayoría de estas proteínas mientras que la yema es quien almacena la mayoría de la concentración de lípidos (grasas) como los triglicéridos y colesterol, entre los que destacan el aporte de los omegas 3, 6 y 9.
Como tal el huevo tiene propiedades gelificantes, formador de espuma, además de sus propiedades antioxidantes y antimicrobianas. Cuenta con aporte de vitaminas como la A, D, E, B12, B2, B1, B5, B6, biotina, ácido fólico, así como también minerales como el calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio, zinc.
Sus aportes nutricionales son benéficos para la persona que lo consume, en realidad el problema recae en la cantidad y frecuencia de su consumo adicional a la técnica culinaria y acompañamiento con el que se consuma, muy frecuentemente la población mexicana incluye la presencia de chorizo, salchicha o longaniza, usando una porción mayor de aceite para cocinar o manteca de cerdo, preparando frito por lo que aumenta el aporte de grasas, siendo la principal problemática en torno a su consumo.
Esto sumando el aporte de otros alimentos diarios con gran contenido graso que al final pueden causar la elevación de los niveles de colesterol, por lo que satanizar a este alimento con grandes propiedades nutricionales no es la solución, la solución vendría después de la evaluación del consumo general de alimentos con aporte de grasa junto con alimentos ultraprocesados que muy comúnmente están ligados al aporte de grasas saturadas.
Señalar a un alimento como “malo” puede no ser lo correcto, el aprender a consumir cada grupo de alimentos basándonos en el requerimiento y las porciones diarias nos ayudará a mantener un equilibrio corporal, evitando así tener un incremento tanto en el peso y en los niveles de lípidos (grasas) en sangre.
Mantén una alimentación saludable junto con un estilo de vida activo.
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