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Estigmatización y su sombra

En nuestra era digital, estamos constantemente “bombardeados” por medios audiovisuales, en dichos medios suele verse a hombres y mujeres con determinados cuerpos, estatus económico y formas de comportarse, esto dependerá del lugar geográfico, ya que hay variaciones entre países y culturas, así como lo que el grupo mayoritario considere como correcto o adecuado, ya en nuestra sociedad “occidental” pueden observarse comerciales en la televisión, carteles publicitarios o “reels” en redes sociales con cuerpos de mujeres delgadas, sonrientes y atractivas, estos mensajes pueden crear distintas expectativas en la población, pensemos en adolescentes a las que se les infunde cuál es el cuerpo correcto o deseado, y que para aproximarse a ese ideal, algunas de ellas dejaran de comer siguiendo estos estereotipos, que de mantenerse dicho comportamiento puede llegar a ser mortal, de igual forma, en el cuerpo masculino los estándares están presentes, y sus consecuencias pueden ser diversas, pensemos en cuantos hombres se pueden poner en riesgo buscando un cuerpo musculoso y fuerte. Así cada uno de nosotros, de alguna manera al estar recibiendo esta información se nos dictan las normas y perfiles que se desean, por lo general vamos logrando una adecuación parcial de algunos de estos aspectos, ya que también hay estándares en los cuales casi todo el mundo fracasa en determinado momento de su vida.

En la medida en que nos vamos apartando de estos estereotipos vamos escuchando comentarios acerca de nuestros cuerpos, sobre nuestras formas de ser o acerca de la manera adecuada de comportarnos, muchos de estos comentarios acerca de nosotros los pasamos desapercibidos, y no tienen consecuencias graves, ya que pueden ser tomados a la ligera. En dado caso de que sea uno el que los expresa, no nos detenemos en los impactos o efectos que pueden llegar a tener, ya que está muy normalizado en nuestra forma de relacionarnos el tener cierta preferencia hacia lo “aceptado” o “buscado” socialmente, aunque esta forma de discurso no es inocente y tiene ciertos fines de corrección que pueden ocasionar malestar o incomodidad, no se consideran algo serio por su ambigüedad y generalidad. Sin embargo, existen casos en donde esta información y comentarios empiezan a cobrar seriedad y las consecuencias a ser más graves cuando esta opinión proviene de una institución, un especialista o una autoridad que con el saber “técnico-científico” puede demostrar a partir de un diagnostico que la persona se trata de un “enfermo mental” de un “autista” de un “discapacitado”, así con la técnica adecuada se puede revelar hacia él y los demás, el error de lo que cree, piensa y percibe esta persona afectada.


Pero ahora bien ¿qué es lo que sucede con estas personas que no pueden cumplir con las expectativas socialmente demandadas? En donde se ve trunco aquel proyecto de ser una persona independiente, capaz de entenderse a sí misma, que se auto controla y puede convivir armónicamente con sus coetáneos. A estas personas, se les suele estigmatizar, se les puede aislar y disciplinar de alguna manera por apartarse de la internalización y cumplimiento de las normas. Vayamos aclarando este concepto, según la RAE, el estigma significa: marca, señal del cuerpo o mala fama. Por otro lado, el sociólogo Erving Goffman define el estigma como una marca negativa que afecta la identidad social de una persona, algunos de los factores por los que se puede generar son los siguientes:


-Estigmatización por alguna característica visible, esta puede ser física, mental o social, algunos ejemplos pueden ser “malformaciones” congénitas, “trastornos” mentales, orientación sexual, vestimenta religiosa o condición económica. En este rubro hay que distinguir la visibilidad del estigma, ya que el simple contacto con la persona puede generar rumores o actos discriminatorios.


- Estigmatización por circunstancias adversas como estar en prisión, haber sufrido un accidente o estar desempleado.


Las personas estigmatizadas se encuentran en una ambivalencia, ya que les es muy difícil el aceptar que han adquirido una condición que las puede acompañar para toda su vida, que las lleva a rechazar su condición y problema, pero al mismo tiempo pueden tomar distintas actitudes durante este proceso, desde aplicar los mismos estereotipos y estándares que los demás aplican con ellos, y vulnerar a otros como se les hace a ellos, hasta los que, a partir de su problema o defecto, empiezan a adquirir ventaja, convirtiendo en un espectáculo su defecto, exagerando y auto lastimándose en público a partir de él.


De esta manera van perdiendo su status de ser consideradas un ser humano íntegro, completo, y empiezan a ser señaladas como “inadaptadas” “disfuncionales” “incontrolables” “incapaces” “peligrosas” “trastornadas” “extrañas” o “locas” aquí la estigmatización ha logrado su propósito, lo que antes era la voz de alguien, después de este proceso, es la voz de un “esquizofrénico”, y de alguna forma, esta voz no es igual de válida, incluso en algunos casos pierde el derecho a decidir sobre sí misma, son los “otros” los que sí están “bien” quienes pueden ejercer sus derechos.


En cuanto a los impactos en sus comunidades y relaciones personales se suele tratar de encubrir su “discapacidad” o circunstancias por la que están pasando, ya que pueden sufrir desempleo, segregación y violencia si se hace público, el tratar de encubrir su “diferencia” les suele costar una gran cantidad de energía y los lleva a tener ansiedad, tristeza y estrés, porque, aunque la persona se sienta distinta, ajena a los grupos donde se incorpore, trata de disimular y encubrir las demandas que se le plantean en la mayoría de los casos, aunque en cierto sentido no logra ya identificarse con las actitudes de los otros.


Para concluir es importante concientizar y educar sobre la diversidad de diferencias que podemos llegar a tener, principalmente para frenar los prejuicios y estereotipos en las interacciones, ya en una esfera colectiva se debe garantizar la igualdad de derechos a partir de leyes que protejan de discriminación y abuso a personas que sufren cierta vulnerabilidad, así como en los medios se puede desafiar muchos discursos dominantes que promueven esta desigualdad e idealización de la condición humana ya que ¿quién define lo que es funcional o disfuncional? ¿Bajo qué parámetros hemos idealizado la vida y bajo qué marcos debe regirse?



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