Las funciones ejecutivas son el conjunto de habilidades y procesos cognitivos que se encargan de controlar y autorregular la actividad mental y los recursos cognitivos, participando en aspectos como la motivación o la moral además de en el procesamiento de la información y el control de la conducta.
Estas funciones neurológicas se adquieren y ejecutan conforme vamos creciendo, ya que son desarrolladas de acuerdo a la educación que recibimos a través de lo que nos van enseñando durante nuestro crecimiento. De hecho, algunas de ellas no terminan de madurar hasta alrededor de los veinticinco años de edad, siendo esto algo vinculado a la maduración cerebral. Así mismo, las funciones ejecutivas tienden a decaer según
se va envejeciendo, tanto de manera normativa como si se dan problemas neurológicos.
La región cerebral que más se ha vinculado a dichas funciones se encuentra en el lóbulo frontal. Concretamente es una parte de dicho lóbulo, la corteza prefrontal es la que tiene mayor relevancia a la hora de gestionar este conjunto de habilidades.
Es importante mencionar que las funciones ejecutivas no se dan únicamente a la corteza prefrontal, ya que se apoya en otras áreas del cerebro que permite que se llevan a cabo procesos como la planificación y el razonamiento. Por ejemplo, destacan estructuras como el sistema límbico, el hipocampo, los ganglios basales o el cerebelo.
Algunas habilidades y procesos de gran utilidad para nuestra supervivencia y adaptación, es decir, de las principales y más importantes funciones ejecutivas son las siguientes:
1. Razonamiento.- Ser capaz de utilizar toda aquella información aprendida para generar una nueva información entre ellas, y elaborar posibles conclusiones y explicaciones.
2. Planificación.- Esta función ejecutiva es la que nos permite organizarnos y elaborar planes de actuación. Permite generar una serie de pasos que nos llevarán a lograr un objetivo.
3. Fijación de metas.- Junto a la planificación y la motivación, nos permite tomar decisiones invertir nuestras energías y dirigir nuestras conductas de manera adecuada.
4. Toma de decisiones.- Se trata de la habilidad que nos permite elegir entre las múltiples posibilidades que se nos pueden presentar.
5. Inicio y finalización de tareas.- Aunque puede parecer extraño, iniciar las tareas en un momento concreto supone una actividad cognitiva importante. Lo mismo ocurre con la capacidad de determinar cuándo debe finalizarse una acción.
6. Organización.- Se trata de la capacidad de priorizar y estructurar la información de manera eficiente y útil.
7. Inhibición.- Esta es de una de las funciones ejecutivas más relevantes, ya que desarrolla la habilidad de regular nuestras acciones, nuestra conducta. Hace que seamos capaces de reprimir impulsos concretos, cesar una acción e impedir que informaciones inocuas interfieran en nuestra conducta.
8. Monitorización.- Se refiere a la habilidad de mantener la atención sobre la tarea presente y regula qué y cómo estamos haciendo lo que estamos haciendo.
9. Memoria de trabajo verbal y no verbal.- Se trata de la capacidad para almacenar la información de manera que el sujeto pueda operar con ella más adelante. Tanto a nivel verbal como no verbal.
10. Anticipación.- Nos permite prevenir los resultados de una acción y/o sus consecuencias.
11. Flexibilidad.- Nos permite responder de forma positiva ante cambios no previstos, pensamientos diferentes a los nuestros o ante posibles cambios ambientales y poder modificar acciones en marcha.
En caso de que las funciones ejecutivas se encuentren alteradas o limitadas, pueden ocasionar problemas en muchos ámbitos de la vida, ya que es el sistema de autogestión del cerebro.
Algunos de los trastornos por mencionar, que se presentan en el neurodesarrollo desde la primera edad hasta la adultez con afectación en las funciones ejecutivas, de acuerdo a investigaciones científicas son las siguientes:
TDAH (Tastorno de Deficit de Atención e Hiperactividad)
TEA (trastorno Espectro Autista),
Síndrome del control motor y de la percepción,
Síndrome de Tourette,
Síndrome desintegrativo,
Depresión,
Trastorno obsesivo-compulsivo,
Trastornos de la conducta,
Abuso de sustancias,
Esquizofrenia,
Demencias,
Alzheimer,
Parkinson,
Esclerosis múltiple
Entre otras.
Ahora te preguntarás, ¿existe alguna solución para las personas que presentan alguna dificultad con las funciones ejecutivas?, muchas de las funciones ejecutivas pueden entrenarse o reforzarse gracias a la neuroplasticidad del cerebro, aunque el éxito o fracaso de la rehabilitación dependerá de la causa de la disfunción, del estado inicial del individuo y de la constancia del trabajo a ejecutar para la rehabilitación.
Existen numerosas tareas de entrenamiento cognitivo que han demostrado eficacia en la mejora de estos procesos y varios estudios demuestran estos avances.
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