¿No te ha pasado que en el día a día te vas quedando con ganas de hacer, o de expresar?, ¿haz llegado a percibir que tus ideas iniciales se modifican y estas, a su vez, influyen en la forma en que te permites sentir ciertas emociones o hacer ciertas cosas? Y es que si de ideas limitantes se trata, hablar de introyectos es la clave.
En primer lugar definamos introyectos, y se refieren a ese sistema de creencias y aprendizajes que rigen nuestra vida, y estos se relacionan con el “debeísmo” o “deber ser”: cómo debes ser , qué debes sentir, cómo debes pensar, quién debes ser, etc.
Los introyectos en nuestro cerebro son una base de datos que tienes tres tipos de información:
1.Información biológica: son estos patrones biológicos que heredamos de nuestros padres, y aquí encontramos las enfermedades físicas y psicológicas.
2.Información emocional: se refiere a todas las emociones que experimentamos en agrado y desagrado.
3.Conductual: son estas reglas del “deber ser” y que se encargan de nuestro comportamiento.
Estos introyectos son parte de nuestro sistema y de nuestro ser, muchas veces desde que nacemos. Y estos que se vuelven negativos en muchas ocasiones tienen consecuencias, entre las que encontramos:
Baja autoestima
Bloqueo de la libertad personal
Transforman nuestra creatividad y la vitalidad en algo rígido.
A continuación te dejo algunos puntos importantes para trabajar con estos introyectos o “debeísmos”:
1. Hacer conciencia de que idea me está limitando
2. Identifica el introyecto como algo ajeno
3. En terapia es importante quedarte con lo funcional y regresar o desechar simbólicamente esta idea que te limita.
Es momento de hacer introspección y echarnos un clavado a nuestro sistema de creencias; para identificar lo que no es nuestro que nos esté generando conflicto en nuestro vivir.
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