Los diagnósticos de diabetes en México van en aumento. Según los últimos datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2018, un 10.3% de la población mexicana mayor a 20 años vive con diabetes en comparación al 9.2% que había en el 2012.
La diabetes es una enfermedad crónica, hasta ahora incurable e irreversible, caracterizada por el exceso de glucosa (a lo que conocemos coloquialmente como “el azúcar”) en la sangre por defectos en el órgano que se encarga de producir la hormona que ayuda a nuestro cuerpo a utilizar esa glucosa o azúcar como energía para el día a día: el páncreas.
Si lo buscas en Google verás que es un simple órgano amarillo del cual no se habla tanto como del corazón, los pulmones o el estómago, pero es de los más importantes.
El hecho de que el páncreas no funcione correctamente y como consecuencia exista un exceso de azúcar en los vasos sanguíneos, afecta a todos los demás órganos provocando complicaciones crónicas que pueden llegar a afectar la calidad de vida de la persona que vive con diabetes. La complicación más reportada en esta encuesta del 2018 fue la disminución de la visión. Sin embargo, otras complicaciones comunes son: problemas en los riñones, enfermedades cardiovasculares, la aparición de trastornos sensitivos y motores, amputaciones, e incluso la muerte. Esta última como consecuencia de las complicaciones anteriores, no por la enfermedad en sí. Iniciar con un tratamiento oportuno desde el diagnóstico ayuda a reducir estas complicaciones. Parte del tratamiento implica cambios en el estilo de vida, dieta y tratamiento farmacológico.
La Asociación Americana de Diabetes (ADA, por sus siglas en inglés), recomienda que todas las personas que viven con diabetes deben de recibir educación para el autocontrol de la enfermedad. Es decir, que aprendan a cómo hay que modificar el estilo de vida, la dieta que hay que llevar, todo sobre los medicamentos que se usarán, entre otras habilidades relevantes a adquirir para prevenir las complicaciones que mencioné arriba.
Imagina que un día te despiertas y te invitan a una fiesta de cumpleaños en donde seguro comerás fuera de lo habitual; o también pueden invitarte a realizar una actividad física nueva en donde harás ejercicio no planeado; o incluso te despiertas enfermo y seguro no tendrás apetito y comerás menos. En todos estos escenarios tus niveles de glucosa o azúcar pueden llegar a alterarse y hay que saber cómo actuar al respecto, ya que lamentablemente, no se puede tener al médico o al nutriólogo 24/7 diciéndote qué comer, qué no, qué hacer si pasa esto o aquello. Es por esto que la ADA recomienda educarse sobre 7 comportamientos clave para el buen control de la diabetes:
1. Automonitorearse de la glucosa: para saber si la glucosa está alta o no en sangre es fundamental medirla. Esto podemos hacerlo con la ayuda de unos aparatos electrónicos llamados glucómetros. Hay muchas marcas y modelos, y suelen venir con accesorios para realizar la medición, por lo que educarse sobre su uso y cuándo es relevante utilizarlos es fundamental.
2. Alimentarse sanamente: ya comenté anteriormente que la alimentación impacta directamente sobre los niveles de azúcar en sangre, por lo que es importante aprender a comer según tus necesidades, la evolución de la enfermedad y los medicamentos que te receten.
3. Ser activo: el tipo de ejercicio, la duración, la intensidad y el momento en el que se realiza suele influir en nuestros niveles de azúcar en sangre, por lo que es importante aprender a hacer los ajustes necesarios en la alimentación o en la medicación si estas variables cambian. También es relevante saber qué tipo de ejercicio se puede hacer dependiendo de cómo está el control de la enfermedad.
4. Tomar la medicación: hay diferentes tipos de medicamentos que se pueden utilizar para tratar la enfermedad. Es importante conocer cómo funciona el que te receten, si tiene efectos secundarios, cuándo tomarlo, cómo tomarlo, cómo no tomarlo, etc. Esto nos ayudará seguir el tratamiento farmacológico correctamente.
5. Resolver problemas: otro factor que suele alterar nuestro azúcar en sangre son los días de enfermedad. Cuando nos enfermamos es otra historia, nuestro cuerpo se comporta totalmente diferente, y es importante saber cómo actuar. Por otro lado, el azúcar en sangre aparte de subir, también puede bajar (y mucho). Por lo que es indispensable saber qué hacer si esto sucede.
1. Reducir riesgos de complicaciones: quien vive con diabetes se encuentra en riesgo permanente de tener complicaciones en diferentes sistemas del cuerpo, así que es importante saber con qué especialistas ir y cada cuanto tiempo es recomendable asistir con ellos.
2. Adaptarse a vivir con diabetes: recibir el diagnóstico no es nada fácil y menos después de enterarse todo lo que implica vivir con la enfermedad. Esto suele repercutir en nuestro estado emocional, por lo que conocer técnicas de afrontamiento para el día a día va a ayudar a que esas emociones no interfieran en el autocuidado.
Ya conoces los 7 comportamientos fundamentales para lograr un buen manejo de la enfermedad y prevenir complicaciones. Si tu vives con diabetes, cuando vayas a consulta médica o nutricional, pregunta sobre ellos y pide que te enseñen a vivir con la enfermedad.
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Fuentes:
American Diabetes Association (2021). Standards of medical care in diabetes 2021. Recuperado el 27 de abril del 2021 de: https://care.diabetesjournals.org/content/44/Supplement_1
Instituto Nacional de Salud Pública. Encuesta Nacional de Salud y nutrición (ENSANUT) 2018. Presentación de resultados. Recuperado el 27 de abril del 2021 de: https://ensanut.insp.mx/encuestas/ensanut2018/doctos/informes/ensanut_2018_presentacion_resultados.pdf
Pérez Pastén, E (2017). Educación en diabetes. Tomo II. Aspectos educativos.
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