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La evasión como mecanismo de defensa.

 

¿Te sucede que constantemente te cachas evitando o que probablemente se te ha hecho hábito no hacer contacto con lo que te genera malestar o incomodidad? Si tu respuesta fue si, pues hablemos de deflexión. Cuando evitas, no solo le das la vuelta a aquello que es incómodo de enfrentar, sino, que te vas desconectando del mundo que está a tu alrededor.

La evasión o deflexión como el enfoque Gestalt le conoce, se refiere a ese mecanismo de defensa que te impide hacer contacto con aquello que atiende una necesidad; y es que si eres de los que no expresan emociones, de los que quieren atender una cosa y terminan haciendo otra, etc. pues déjame compartirte que posiblemente estás ante la evasión como mecanismo de defensa. El objetivo principal es que aquello que necesitas, se vaya “olvidando” o pasando a último lugar para que no enfrentes emociones, pensamientos o acciones que no son de tu agrado.



Pero ojo, no evitamos solo ocupándonos con otra cosa y ya; existen muchas formas de evadir, o de no hacer contacto.





A continuación te compartiré algunas formas más comunes de cómo se ve la deflexión en el espacio terapéutico o en el día a día:


1.  Te saturas de mil pendientes, actividades o trabajo, esto, para evitar tener contacto con otros; familiares, amigos, e incluso evitar el contacto y la atención contigo mism@, es más fácil decir, “no tengo tiempo”. 

2.  Cambio de tema; y es que salir por la tangente es una variante de evasión muy común, finalmente nos lleva a no contactar con aquello que no queremos.


3.  La típica risa cuando estás experimentando emociones como tristeza o enojo, es una forma de expresar un “no pasa nada” en lugar de hacer contacto con la emoción real.

4.  Hablar de forma muy rebuscada o técnica para que parezca que dices mucho y en realidad no dices nada. Esto, con el objetivo de atender falsamente el tema, pero solo le diste vuelta.

5.  La falta de escucha, si, así como lo lees y es que, que mejor que evadir justificando que no escuchaste esa parte de la conversación en lugar de atender o contactar con lo que te desagrada.


Y podría seguirme con más y más formas de evasión, pero cada quien le pone su estilo a este mecanismo, desde aislarse hasta parecer que nada de nada te afecta en la vida. Y es aquí donde entra, el tema de la honestidad. Entre más evasión, más deshonest@ te vives. Porque en primer lugar te mientes a ti y acto seguido al mundo que te rodea.

Lo importante aquí es ir haciendo conciencia de que tan frecuente evades, y pon atención, porque si se ha vuelto tu estilo de vida o hábito favorito, podrías llegar a un Trastorno de la personalidad por evitación. Y allí sí, hablamos de un trastorno que puede afectar tu calidad de vida impactando en tu área social y laboral.


Y tú, ¿ya hiciste conciencia que tanto evades o haces contacto con tus emociones?



Si quieres una cita con la psicóloga Adela Pérez puedes escribirnos haciendo click en este enlace:

Recuerda que trabaja con consultas en línea a cualquier país de habla hispana.

984-804-5907




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