El amor es uno de los términos más populares, controversiales y comerciales que existen. A su vez, como estado, es uno de los más deseados, temidos y padecidos por las personas, ya que es posible ver cómo frecuentemente se publican historias ficticias al respecto. Así pues, existen muchas concepciones para este término y muchas “categorías” de amor. Una de ellas es la propuesta que hace Lewis, el cual identifica cuatro tipos de amor: afecto (storge), amistad (philia), amor sexual (eros) y amor al prójimo (ágape).
El afecto es el cariño a través de la familiaridad, especialmente entre los familiares o entre gente que por alguna circunstancia se encuentra junta. Lewis lo describe como el más natural, emotivo y ampliamente difundido de los amores. Natural porque está presente sin coerción, emotivo porque es el resultado de una profunda familiaridad.
Amistad (philia) es un vínculo fuerte que existe entre las personas que comparten un interés o actividad. La definición de amistad va más allá del mero compañerismo: la amistad en ese sentido solo existe si hay sobre qué fundarla. La amistad es natural en los estados de amor, no es necesario que exista un vínculo biológico como en el afecto, o la procreación de un hijo como en eros, o proveer a alguien como en la caridad. Está vinculado de manera prácticamente nula con el impulso o la emoción.
Amor sexual (Eros) es el amor en el sentido de “estar con alguien”. Este es distinto a la sexualidad, aunque parte de su desarrollo tiene que ver con la actividad sexual y su significación espiritual en el sentido Identifica a eros como indiferente y promueve el aprecio por el amado más allá de cualquier placer que se pueda obtener de él.
Amor al prójimo (Ágape) es el amor que trae cuidado más allá de las circunstancias. Es un amor incondicional dirigido al prójimo que no depende de ninguna cualidad “querible” que el objeto de amor posea.
Por otro lado, para Sternberg, el amor es una de las más intensas y deseables emociones humana. La teoría triangular del amor es la de Sternberg (1988) plantea factores comunes a toda relación amorosa formulando su teoría triangular del amor. Entendiendo el amor como un triángulo dentro del cual están presentes los tres componentes básicos que componen las relaciones amorosas; la pasión, la intimidad, y la decisión y compromiso. Así mismo, hay que tener en cuenta que, en la mayor parte de las relaciones amorosas, ninguno de los componentes se desarrolla aisladamente de los otros dos, aunque haya una cierta especificidad para cada uno de ellos. De la combinación de estos tres componentes, surgen diferentes tipos o formas de amar, pendiente de qué factores tengan más peso. Además, dichos componentes se perpetúan el tiempo.
Cariño o afecto: resulta cuando se experimenta solo o mayoritariamente el componente de intimidad, y caracterizaría, por ejemplo, una relación de verdadera amistad.
Encaprichamiento o Flechazo: Ocurre cuando hay Pasión, pero esta no se ve sustentada por la intimidad o el compromiso. Sería lo que llamamos “Amor a primera vista”.
Amor vacío: Existe la decisión y el compromiso de amar al otro, pero sin la experiencia de la intimidad ni de la pasión. Puede ocurrir en los últimos estadios de una relación duradera o en relaciones de conveniencia.
Amor romántico o enamoramiento: Se da cuando predominan en la relación la intimidad y la pasión, pero no el compromiso. Es decir, los amantes se atraen tanto física como emocionalmente, pero este sentimiento de unión y compenetración no va acompañado de compromiso. Es el que podríamos ejemplificar como “Amor de verano”.
Amor fatuo: En este caso la pasión cristaliza enseguida en un compromiso, sin dar tiempo para que la intimidad surja; por lo que es un compromiso poco profundo, ya que no está presente la influencia estabilizante y profundizadora de la intimidad.
Amor de compañero: se refiere, para a la situación en la que los componentes de intimidad y compromiso aparecen unidos, pero sin el componente de la pasión. Es el amor típico de algunas relaciones de larga duración, en las que la atracción física y otros elementos pasionales han desaparecido, pero hay un gran cariño y compromiso con el otro. Suele suceder con las personas con las que se comparte la vida, aunque no existe deseo sexual ni físico.
Amor consumado o amor perfecto o completo: Por último, existiría el tipo de amor que combina los tres componentes, o amor perfecto. Es la forma completa del amor. Representa la relación ideal hacia la que todos quieren ir pero que aparentemente pocos alcanzan, y que según Sternberg es difícil de alcanzar y aun más de mantener. Enfatiza la importancia de traducir los componentes del amor en acciones. Sin embargo, el amor más grande puede, no ser permanente.
Falta de amor: Hay relaciones de pareja en las que no existe pasión ni intimidad ni compromiso. No es una forma de amor, puesto que no existe amor en ninguna de sus manifestaciones. Pero la relación existe mantenida por otras variables ajenas.
Sternberg señala un factor importante a la hora de valorar la satisfacción que proporciona la experiencia amorosa es el papel de las percepciones. La percepción de los sentimientos del otro está igual de asociada a la satisfacción como los sentimientos propios. La importancia de las percepciones, indicando que un análisis correcto de las relaciones amorosas trae necesariamente la valoración de las percepciones de ambos miembros de sus propios sentimientos, para mantener el equilibrio de la pareja.
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