La alimentación consciente no consiste únicamente en apaciguar nuestro apetito. También es una práctica de GRATITUD: apreciar lo bello de un plato, o de un alimento crudo, saborear cada bocado y tener presente a personas que hicieron posible que disfrutaras del plato frente a ti.
Mindful Eating es una práctica y una forma de vida:
“Se trata de prestar atención momento a momento a todo lo relacionado con la alimentación, desde el cómo y quien ha producido o elaborado los alimentos a todo lo que compone el acto de comer. Llevamos consciencia y amabilidad a lo que comemos, a cómo comemos, y eso incrementa el autoconocimiento e incluso permite cambiar patrones de ingesta.”
Cómo practicar mindful eating:
1.Sé amable contigo
Intenta decidir la cantidad y el tipo de alimentos antes de empezar a comer. Si te autocuestionas mientras comes, se despierta la ansiedad. Si empiezas a criticarte mientras comes, date cuenta y contrarresta esos pensamientos con amabilidad. Sé consciente de que estás haciendo lo posible por alimentarte mejor y agradécete el hecho de estar intentándolo.
2. Usa todos tus sentidos
Comer no es una cuestión únicamente de papilas gustativas. Las frutas y verduras son verdaderas obras de arte ¿No te parece?. Hay color, forma, textura, frescor, calor, y muchos otros aspectos que hacen de una comida una experiencia sensorial total. Pon al servicio de la comida no sólo el sentido del gusto, sino también la vista, el olfato, el tacto, incluso el oído. Si lo deseas, puedes dedicar un momento a agradecer a todos los que hicieron posible que disfrutes de esta comida.
3.Deja que tus cubiertos reposen
Lleva el tenedor o la cuchara a la boca conscientemente y, cuando ya tengas el bocado en la boca, deja el cubierto en el plato. Haz una pausa mientras degustas la comida, y saboréala antes de continuar.
4. Disfruta la pausa
Aprovecha el momento de la comida para descansar. Dedícate sólo a comer y aléjate unos minutos de las pantallas y de las prisas por quitarte tareas de encima. Guarda el celular en el bolso y disfruta del lugar en el que estás, de la compañía si la tienes y, claro está, de la comida.
Puedes hacerte alguna de estas preguntas:¿Por qué estoy comiendo ahora?¿Qué estoy comiendo ahora?¿Estoy haciendo algo además de comer que puede ser una distracción?
5. Vuelve al momento presente:
Al igual que en cualquier práctica de mindfulness, te darás cuenta de que te despistas y que la mente se desvía o se entretiene viajando hacia el pasado o el futuro. No pasa nada. Del mismo modo que utilizarías la respiración en una práctica formal de meditación, usa el sabor y la apariencia de la comida como ancla en el presente para volver. Y repite las veces que sea necesario,
¡SIN MOLESTARTE CONTIGO!
6. Escucha tu estómago
Se necesita TIEMPO para que el cuerpo te haga saber que se ha llenado y satisfecho. Permanece atento/a a estas señales. Si a medida que avanza la comida, según vas aplacando el hambre inicial, disminuyes la velocidad con la que comes tendrás más posibilidades de darte cuenta. Tu estómago te avisará: ¡Eh! Ya tengo bastante, suficiente, no hace falta más…entonces, si aún queda comida, guárdala para otro momento.
Tip final y antídoto: Prohibido prohibir
La alimentación consciente combina la moderación con no prohibirte nada. Contrarresta con amabilidad los pensamientos autodestructivos que te empujan a comer más y te provocan ansiedad. Si saboreas cada alimento y comes conscientemente es más difícil que te des un atracón. Haz 5 comidas al día y no pases hambre.
La alimentación conciente es muy útil para personas que requieren aprender a estar presentes, que mejor hacerlo por medio de un estimulo externo y placentero como lo es la comida. Es muy funcional para trastornos de la alimentación, TOC, Trastorno límite e incluso para ti que quieres empezar a comer mas sanamente y sin restricciones.
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