Llegamos a creer que acudir a un nutriólogo solo les corresponde a las personas que tienen un problema de salud y que parte de su tratamiento incluye la modificación de conductas alimentarias. Pero la realidad es que la nutrición puede aplicarse a cualquier etapa de la vida, individuo sano o con alguna enfermedad.
Si hablamos de la nutrición infantil, su enfoque va hacia la prevención de enfermedades que se puedan presentar durante la etapa adulta, esto debido a que en la infancia se establecen los hábitos saludables y esta es principalmente de crecimiento y desarrollo por lo que las necesidades de nutrientes son diferentes.
La infancia está rodeada de desinformación y mitos en el área nutricional y que desafortunadamente aún vemos en la práctica profesional, por lo cual desmentiremos algunos de los mitos en la nutrición infantil más notorios a continuación:
“Debe comerse todo lo que está en el plato”… Lo correcto sería que el niño establezca la cantidad de alimento a consumir, respetando las señales de hambre/saciedad, no podemos obligar a comer sin hambre porque modificaríamos esta regulación. No quiere decir que dejemos al niño comer reducida o excesivamente, los padres deben observar su consumo y notar cambios importantes en ellos, sin obligar ni castigar, respetando gustos e inapetencias.
“Si lo prueba y no le gusta, ya no se lo ofrecemos nunca”… Sobre todo pasa con las verduras, se ofrecen alimentos e invitan al niño a probar y sucede que si no le gusta se descarta totalmente, lo ideal es ofrecer varias ocasiones, distintas presentaciones o acompañamientos, el niño puede no estar familiarizado con el sabor y por eso el rechazo, pero con un mayor acercamiento puede llegar a gustarle.
“El niño no debe ensuciarse la ropa o las manos al comer”… Aunque como padres nos mortifica la limpieza, esta exploración/juego durante la comida puede proveer de estimulación sensorial, siendo más útil en la alimentación complementaria y puede ampliar el gusto por diferentes texturas, colores y sabores en el pequeño.
“Dar premios o castigos ayuda a que el niño se alimente mejor”… Muchos padres ocupan este tipo de negociación para que los niños coman toda el platillo incluyendo las verduras, pero más allá de apoyar a inducir un hábito saludable es posible que generemos una mala relación con los alimentos y lamentablemente al paso de los años generar un trastorno de alimentación en las siguientes etapas de la vida.
“Es mejor dar al niño lo que pida para que no se quede con el estómago vacío”… En ocasiones se tiene la idea de: mejor esto a que no coma nada, pero la realidad es que podemos perjudicar la salud de nuestros niños con este pensamiento, ya que muchas ocasiones lo ofrecido es comida chatarra alta en azúcares, sodio y calorías, que dará saciedad pero no ofrecerá nutrientes, si el niño no quiere comer lo ofrecido podemos brindar algo más que sabemos que aceptará pero algo que realmente lo nutra. Estas preferencias también dependen de lo ofrecido por los padres de familia y como son los hábitos alimentarios en general.
“Si no come frutas o verduras hay que darle vitaminas”… Las vitaminas son recomendadas para aquellos niños que por alguna u otra razón no logran cumplir con el requerimiento diario existiendo una deficiencia notoria, además de usarse en periodos cortos de tiempo, los niños sanos no deberían hacer uso de suplementos diarios, la variedad de alimentos logra evitar estas prácticas y si esta variedad no existe debemos trabajar en casa la modificación de hábitos.
Así como estos podemos escuchar más mitos referentes a la alimentación en la infancia y que lamentablemente se siguen poniendo en práctica al desconocer lo que realmente se puede hacer por nuestros pequeños en el ámbito nutricional.
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