¿Quién no se ha encontrado a sí mismo dando vueltas a un problema sin llegar a la solución, y al mismo tiempo, sin poder dejar de pensar en ello?, en algunos casos esto puede durar varios minutos, pero ¿puedes imaginar que hay personas están inmersos en ello por días enteros?
El pensamiento excesivo, sobrepensamiento o rumiación, es la repetición de una o varias ideas, por lo general, de carácter afectivo negativo que se quedan en bucle en la mente y que nos llevan a la creencia de que no se puede pensar en nada más.
Una peculiaridad de la rumiación es que se centra en el pasado, intentando explicar algo que ya pasó en tanto que la preocupación se centra en el futuro e intenta prever lo que pasará. Nuestros cerebros, no están preparados para ello sino para la toma decisiones, por lo tanto, cuando nos quedamos “pegados” en una idea sin llevarla a conclusión, no solo se basa en expectativas sino también en un sinfín de preceptos que nos condicionan y no nos permiten encontrar “la luz al final del túnel”.
Pero ¿Cuál es el problema real?
Sobrepensar las cosas, supone un esfuerzo -brutal-, para la mente y en la falta de recursos para poder “desenchufarse” o encontrar soluciones, existe una amplia tendencia a experimentar síntomas ansiosos y depresivos. Pero también, nos lleva a resolver a través de estilos cognitivos desadaptativos, por ejemplo: desesperanza, baja autoestima, autocrítica, dependencia, entre otros.
Lo cierto es, que cuando nos encontramos ante estos estímulos, perdemos contacto con el momento presente, y sea lo que sea que queramos o deseemos realizar, se hará con un rendimiento mucho menor, esto se debe a que nuestra atención, concentración y memoria, estarán trabajando “a marchas forzadas”.
¿Qué se puede hacer?
Hay una técnica llamada: los 5 minutos. Es un recurso de afrontamiento que se usa cuando le estamos dando vueltas al pasado o al futuro y consiste en sentarse y con cronometro en mano señalar 5 minutos a través de los cuales te daras el permiso de pensar en eso que se ha quedado en bucle y al terminar te realizarás las siguientes preguntas:
1. ¿Resolví o esclarecí el problema?
2. ¿Me estoy sintiendo mejor después de estos 5 minutos?
Si la respuesta es “no” a ambas preguntas, deberás utilizar una herramienta distractora como, por ejemplo, hacer 5 sentadillas, cantar tu canción favorita, ver un capitulo de una serie, la idea de esto es poder salir del bucle. No a modo de evitación, sino para poder ubicarte en el aquí y ahora.
Cambia la historia que te repites una y otra vez…
Si te ubicas como un(x) sobrepensador(x), lo mas probable es que le estés enseñando a tu cerebro que esa es la forma en la que “debe hacerlo siempre”, Así que, comienza a ser la persona que toma decisiones, elige y verás que con el tiempo ira mejorando y sigue los siguientes pasos:
- Concéntrate en lo que si puedes resolver
- Identifica el patrón y
- Haz frente a los problemas.
A veces, sobrepensar o rumiar nos puede parecer útil, pues nos recuerda situaciones para que no se repitan, pero, te digo con toda certeza que lo mejor que puedes hacer es “digerirlo” y dar espacio a ser tú quien decida qué espacio le da a ese pensamiento sin que se torne obsesivo y controlador.
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