Es un trastorno que afecta a la población femenina causado por la elevación de hormonas como la testosterona y androsterona, el origen de este trastorno puede variar porque puede involucrar factores genéticos pero también ambientales como lo son la alimentación y la actividad física.
Este se manifiesta con distintos síntomas como ausencia o prolongación del periodo menstrual, presencia de quistes en los ovarios, menor control en el peso corporal y resistencia a la insulina, al igual que vello facial excesivo, acné y cambios en el estado de ánimo.
La obesidad tiene un efecto importante en el desarrollo y mantención de la enfermedad, mostrando mayores manifestaciones clínicas en mujeres con este diagnóstico.
El tratamiento debe ser integral para poder sobrellevar este padecimiento ya que se tiene que establecer la existencia de alteraciones metabólicas así como también los aspectos clínicos manifestados y evitar las complicaciones relacionadas como la Diabetes Mellitus debido a que el síndrome de ovario Poliquístico se considera un factor de riesgo para su desarrollo.
El tratamiento incluye cambios en el estilo de vida específicamente hablando de la alimentación y actividad física, el consumo de medicación dependerá de la gravedad del caso y que se haya llevado a cabo una evaluación minuciosa por parte del personal médico.
La alimentación saludable es un factor importantísimo para el control de la enfermedad, debido a que mejora el control en el peso, en donde se ha observado que la disminución de peso corporal ayuda a regularizar la sintomatología, especialmente hablando de la presencia del sangrado menstrual excesivo o de la ausencia.
El tratamiento nutricional se basa en una restricción de calorías controlada, reduciendo el consumo de grasa y carbohidratos, además de la disminución de alimentos con exceso de calorías, azúcares y sodio como lo son los alimentos ultraprocesados, logrando un aporte de nutrimentos correctos mediante el ingreso de los diversos grupos alimentarios como verduras, frutas y semillas las cuales en la mayoría de las veces se encuentran disminuidas en la dieta habitual. La alimentación tendrá que ser específica dependiendo de las afectaciones en la salud.
Junto con el ejercicio físico regular, ayudan a mejorar el perfil hormonal de la mujer con ovario poliquístico, logrando reducción en el peso corporal progresivamente y lograr la estabilidad en el ciclo menstrual.
Los cambios en el estilo de vida son el primer tratamiento que se debería incluir para el logro de los objetivos en este padecimiento, ya que esta es una estrategia que ha ganado importancia debido a la mejoría que implica el comer de manera saludable, variada y con cantidades necesarias de los diferentes nutrimentos para un buen funcionamiento del organismo.
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