Es posible que desde edades muy tempranas hayas escuchado a las personas cercanas a ti decir que la vida no es fácil, que hay que ganarse el derecho de vivir dignamente y que para sobrevivir es necesario mantenerse en una constante lucha por tener el mejor puesto en una empresa o bien, el super-poder para desarrollar al máximo tus habilidades para poner tu propio negocio, el cual debe ser: e s p e c t a c u l a r, para que valga el esfuerzo. También es muy probable que hayas escuchado que para que la vida de adulto sea medianamente satisfactoria es importantísimo contar con triple doctorado y saber por lo menos 4 idiomas, eso, sin considerar los 25 años de experiencia laboral cuando aun no cumples ni los 20.
Acompañar adolescentes y jóvenes en el proceso de encontrar las áreas en las que desean profesionalizarse, es una de las tareas más gratificantes que he podido realizar y debo confesar que, aunque en algunas ocasiones llega a ser un proceso rápido y consistente. La gran mayoría de estas personas, suele sentir mucha presión y poca satisfacción en la idea de tener que decidir entre los 15 y 18 años de edad (momento en el que: las hormonas están a tope, no se tiene claro ni lo que quieren comer mañana y básicamente ni ellxs mismxs saben cómo se sienten), la profesión a la que se dedicarán por “El resto de sus vidas”
Para ser honesta, este artículo tiene la completa intensión de quitar esa carga emocional y displacentera a todxs aquellxs que consideran que están contra reloj para decidir qué harán. y para ello, me resulta básico decir que profesión y vocación no son la misma cosa.
La palabra vocación, proviene de “vocatio”, que significa “llamado”, Un llamado natural que emana de lo mas profundo de nuestro ser. El llamado a ser y a hacer lo que se ama. Es preciso indicar que para conocer lo que amamos es vital identificar nuestras habilidades, cualidades y herramientas. Ya que, al ser conscientes de ello, será mucho más sencillo ubicar nuestros intereses, pasiones y ejercerlos con paciencia, precisión y amor.
Profesión. Es la actividad u oficio que ejerce una persona, y que, por lo general, es elegida (dependiendo de la estructura social), con base en la expectativa económica, la idea de lo que significa un trabajo digno o la estabilidad sistemática.
Dicho lo anterior, hay que tener muy claro que elegir una licenciatura no es precisamente seguir tú vocación y profesionalizarse no es sinónimo de calidad de vida.
Elegir una licenciatura, te permite adquirir y desarrollar una serie de herramientas para que puedas potenciar algunos intereses y posterior a ello recibir un documento que avala que tienes esos conocimientos para poder insertarte en el mundo laboral…
Pero lo que realmente deberían enseñarnos y se trabaja en una orientación vocacional, es justo eso, El encuentro con todo lo que te fascina te mueve, que te hace vibrar y más allá de dejarte una preocupación, te permite potenciar tu capacidad de elección, tú creatividad y el alcance de tus sueños y metas de manera natural. Esto, no quiere decir que no se requiera de esfuerzo y voluntad, al contrario, requiere de absolutamente todos tus recursos mentales, físicos e incluso espirituales para que en un mundo cada vez más preocupado por lo material puedas hallar tu propio espacio y trascender.
Como te comenté en un inicio la vocación ya está contigo, no se compra, no te la enseñan y no hay escuela que te diga como hallarla. Pero, lo que si puedes hacer es, elegir escucharte, seguir tu intuición y después de ello, buscar las herramientas o la carrera que te puede llevar a cumplir con ese llamado.
Una vez que hayas trabajado en tus propios potenciales e ideales, deberás encontrar sentido de realidad para poner en marcha tus ideas y con ello, elegir una carrera apegada a esos intereses, es cierto, hay quienes elegimos pensando que ya hemos encontrado el lugar y las herramientas para profesionalizarnos y lanzarnos en el camino de la adultez y más adelante decidimos que ese no es el camino o bien nos abrimos en la búsqueda de nuevas herramientas.
Como sea, que suceda, quiero que sepas que es importante que no te rindas, que no temas al cambio ni a la elección, pero del mismo modo, te invito a que sigas tu intuición, que no vayas en respuesta a la exigencia de lo que dicen terceros, sino que te tomes realmente el tiempo para que seas tú quien elige cómo y con qué elementos quieres desarrollarte profesionalmente.
Si te encuentras en la búsqueda y te resulta difícil, te quiero invitar a que te evalúes, a que reconozcas en ti eso que te hace sentir bien, y de paso que indagues en las ofertas académicas y laborales que existen para ti, pero si no fuera el caso, también te invito a que sea un(a) agente de cambio, y que puedas acercarte a profesionales dispuestos a ayudarte, orientarte y acompañarte en este maravilloso proceso.
Una orientación vocacional, es un conjunto de prácticas y pruebas que te permitirán esclarecer, reconocer y analizar tus intereses, valores y rasgos de personalidad, los cuales te ayudarán a verificar con que modelos eres compatible, Además de que podrás encontrar áreas de oportunidad para tu propio crecimiento y desarrollo.
Ahora que tienes esta información, compártela con amigxs y familiares para que tengan posibilidad de disminuir sus temores y seguir su propia voz interior.
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